2°A 2020 escribe microficciones

Casa tomada
(Por Julieta C., Magalí G.F. y Pablo L.)

Era media noche y las casas estaban de fiesta. Entre copas y copas terminó tomando de más. Empezó a caminar por todo el barrio haciendo mucho lío y cosas vergonzosas. Las casas vecinas no sabían cómo controlarla. 


Hora del té
(Por Julieta C., Magalí G.F. y Pablo L.)

Alicia invitó al conejo blanco a tomar el té. Su madre le advirtió que el conejo nunca llegaría, pero ella no la escuchó. Llegó el día y el conejo nunca apareció.
Una vez más, Alicia pasó la noche en el psiquiatra.


¿Pegamento? 
(Por Josefina G., Sol G. y Lola P.)

Estaba tranquilamente escuchando la radio en la cocina de mi casa, cuando de la nada oí un golpe muy fuerte, como un portazo, me asusto y rápidamente agarro un cuchillo que tenía al lado mío. Me dirijo hacia la puerta y... ¿estaba pegada? ¿Con pegamento? Y, lo más importante, esta puerta ayer no estaba… 


Un gran paso para el rating
(Por Martina M.R., Ezequiel S.D. y Mia S.)

Un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad. Clavaron la bandera de Estados Unidos y fueron saltando a la nave para volver a casa. Ya está todo listo, despegamos en 3, 2, 1...
-¡CORTE! Muy bien, equipo, esto se imprime.


¿Autopsia?
(Por Julieta C., Magalí G.F. y Pablo L.)

Entré a la sala y me empecé a preparar para realizar la autopsia. Preparé todos los elementos, me coloqué la cofia, el barbijo y me puse a trabajar.
Pasada la media hora, entró una enfermera:
- ¿López, necesitas ayuda con la biopsia?
- ¿¡Biopsia!?
Me doy vuelta y leo los papeles. Se trataba de una biopsia y no de una autopsia.


Milagros de Primavera
(Por Martín D. y Victoria T.A.)

Un jueves cualquiera, la mujer se levantó de su cama, arregló su cabello y se preparó un té de tilo mientras observaba las flores que traía consigo la primavera. 
Horas más tarde, sus amigos llegaron a su hogar mientras ella se encontraba limpiando una mancha de vino de su alfombra. Ellos la miraban confundidos, sin poder creer lo que estaban presenciando... la mujer había olvidado que era ciega, ¿habría sido esto un milagro? ¿O será que alguien le había borrado la memoria? 


Frankenstein 
(Por Josefina G., Sol G. y Lola P.)

Estoy a punto de realizar el mayor experimento que alguien haya hecho jamás. Voy a crear vida a base de la muerte, y para que sea mejor, ¡es el día de mi cumpleaños! En breve conectaré los cables para empezar. Llegó el momento, de a poco mi creación iba moviendo sus articulaciones. De la nada, se levantó y caminó hacia mí. Me asusté y fui retrocediendo lentamente, levantó sus brazos y... me abrazó y me deseó un muy feliz cumpleaños.


Casa tomada 
(Por Florencia C., Francisco D. y Santiago F.)

Me desperté, recuerdo que tuve un sueño extraño. Fui a la cocina y me encontré con mi padre, quien en mi sueño fallecía junto conmigo. Lo saludé e hice mi desayuno. 
Era un día normal hasta que abrió la puerta principal una pareja casada que no conocía, la cual nos ignoró completamente. 


La Telenovela‌ 
(Por Axel C., Juani L. y Nahuel V.)

Mi mujer y yo estábamos hablando sobre cómo íbamos a realizar nuestro plan para matar al ex de ella, porque no la dejaba tranquila. El plan era simple, íbamos a ir a su casa, y si no nos dejaba en paz por la buenas, nos dejaría en paz por las malas. De repente un ruido me hace mirar hacia la cocina, era mi mamá que estaba preparando la cena.


Solo son negocios 
(Por Martina M.R., Ezequiel S.D. y Mia S.)

Cuando abrí la puerta encontré un cangrejo haciendo cálculos con su calculadora. Ojalá me hubiera dado cuenta antes de la esponja en el piso.


Mosca 
(Por Valentín L., Agustín P. y Santiago T.)

Cerca de mi casa vive un niño. 
Ese niño no es agradable, siempre que me acerco a hablar o jugar con él, me insulta e intenta pegarme. 
Él no sabe lo difícil que es ser una mosca.


La mujer de vestido blanco
(Por Martín D. y Victoria T.A.)

A él le encantaba mirar esa fotografía de aquella mujer de cabello rubio y ojos negros. Tenía un vestido blanco y un velo transparente que llegaba hasta el piso. Llevaba entre sus manos un ramo de rosas y posaba con una hermosa sonrisa mirando hacia la cámara.
No sabía quién era o de dónde había salido tal imagen, pero no era la única. El hombre tenía una pared cubierta de fotos de mujeres que no conocía.


Las hormigas
(Por Valentín L., Agustín P. y Santiago T.)

En un día soleado, con mi familia decidimos dedicar tiempo a construir nuestra casa. 
Tanto trabajo, para que luego venga gente y la pise.


Hoy me voy a dormir
(Por Axel C., Juani L. y Nahuel V.)

Mi familia ya quería irse a acostar. Yo dije que ya iría, pero un fuerte ruido me hizo ir a ver qué pasaba: eran mis hijos jugando con sus amigos, les dije: “vayan a dormir”; ellos me respondieron: “ahí vamos”. Cuando abro los ojos, ya era de día. Veo a mi esposa en el living y le digo: “hoy me voy a dormir”. Resultó que era de día, y que ese fuerte ruido no eran mis hijos, era mi cuerpo que se había desplomado en el piso: finalmente “me fui a dormir”.


¿Qué es ese ruido? 
(Por Muriel P.)

Esas voces, las conozco pero no comprendo lo que dicen entre murmullos. ¿Por qué escucho todo y siento todo pero no puedo abrir los ojos? 
Como si estuviera sostenida del techo, me veo. ¿Por qué estoy recostada con una mano arriba de la otra? ¿Por qué estoy tan pálida? 
Sigo confundida, están aquí todos mis amigos, mi familia junto a mí, culpándose unos a otros por no haberme dicho que no tome el café. Justo café, casi nunca tomo, me hace doler el estómago. ¿Cómo no se me ocurrió mirar cómo preparaba el café después de que insistió tanto en prepararme uno cuando nunca lo hizo?
¿Por qué estoy viendo todo lo que está sucediendo desde arriba? Como quien se asoma al balcón a ver la vida de los vecinos. 
¿Cómo no sospeché de ese café después de haberla confrontado con el horror de enterarme que envenenó a mi padre para tener la custodia absoluta sobre mí? Papá, si hubieras estado ahí, de un manotazo arrancabas esa taza de café antes de que llegara a mis labios. 
¿Por qué no vi tan claro como ahora, que la observo actuar lágrimas y dolor, que sólo se casó y me tuvo para conseguir la herencia del abuelo? 
Y en la frialdad de este techo ahora ya no tengo más porqué. Ahora entiendo que el café de mamá fue su arma con mi abuelo primero, con mi papá después y finalmente conmigo.


Que vivan los novios
(Por Florencia C., Francisco D. y Santiago F.)

Estaba comiendo cuando vi que se empezaron a amontonar muchos insectos en un árbol que estaba lleno de flores y hojas. Me limpié la boca y fui a ver. 
Llegué justo para escuchar cómo el mosquito hembra decía "SÍ" y se colocaba el anillo. Exaltado y alegre empecé a aplaudir y sin querer maté al padrino de bodas.


Juegos
(Por Axel C., Juani L. y Nahuel V.)

En la cuarentena, comencé a jugar a la PlayStation con mis amigos. Todo iba bien, hasta que me empezaron a decir cosas malas, solo por ser malo en un juego. Esto me hizo dar cuenta de cómo eran mis amigos y de que tenía que mejorar y ganarles limpiamente. Al poco tiempo me terminé volviendo un adicto, perdí todas mis amistades y las notas del colegio empezaron a ser bajas, pero obtuve un muy buen nivel en el juego y nadie me podía ganar.
Fue en ese momento que sentí que mi vida se estaba yendo a la basura, pero por una extraña razón mi cabeza no pensaba en estudiar, sino en jugar. Tiempo después de haberme dado cuenta de todo esto, le pedí ayuda a mi madre, y es ella la que hoy está escribiendo esto.


¿Es esto un sueño?
(Por Axel C., Juani L. y Nahuel V.)

Al despertarme sentí el presentimiento de que sería un buen día. Caminando por la calle, comencé a sentir fuertes dolores de cabeza y tuve pensamientos extraños con mi familia visitándome en un hospital. Cuando llegué a mi trabajo, todo volvió a sentirse normal, hasta que en uno de mis recesos decidí ir comprarme algo para tomar, luego empecé a ver todo blanco y a tener visiones de mis compañeros de trabajo, y mi familia intentando agarrarme antes de caer al vacío. En ese momento me pregunté: ‌¿es esto un sueño?


El trueno inesperado
(Por Valentín L., Agustín P. y Santiago T.)

Durante una tormenta eléctrica, el dios del trueno, Thor, no esperaba morir, y menos por el impacto de un rayo.


El pase fallido de los Andes
(Por Florencia C., Francisco D. y Santiago F.)

A punto de subir los Andes, San Martin suelta un estornudo. Su abuela aparece y le dice:
- Esperate, nene, que te tejo un abriguito para vos y tus amigos, no se me vayan a enfermar.
Y los hizo esperar hasta terminar sus abrigos.

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