Entradas

Mostrando las entradas de 2015

El último

Por Ángela García Sempio , de 2°B «Silencio. Mi raza se ha acabado. Mi familia está muerta. Mis amigos también. No hay presas ni predadores. Solo estoy yo. Soy mi única esperanza. Y también mi único verdugo.» Desperté con el sonido que me había estado acechando durante las últimas semanas. El silencio. El saber que no hay vida. El saber que estás solo. Tenía hambre. Hacía tiempo que no comía. No había peces en el agua. No había nada en ese mar de soledad. El agua que antes corría fría por la llamada Antártida era ahora caliente, tanto que llegaba a quemarte. La cantidad de los nuestros que habían muerto a causa de esa agua contaminada era descomunal. Nos íbamos a extinguir. Estaba a punto de pasar. Después de todas las cosas que pasamos. De haber sobrevivido a los incontables ataques por parte de los humanos con su líquido negro. Dolía. No, no dolía, ardía. Después de haber sobrevivido a los ataques de tantos depredadores que incansablemente luchaban para arrebatarno

La noche eterna

Por Alanis Carreño Enis , de 2°B Me golpearon con un palo para tirarme al océano. Y eso dolió, como lo que le están haciendo a mi hogar. Yo solo había salido del agua inocentemente para tomarme un breve descanso, pero ellos me lo impidieron. Apenas pisé tierra firme los vi: eran esas extrañas criaturas lampiñas y sin aletas, que siempre andan merodeando por aquí. Aunque nunca había visto ese grupo de… ¿Cómo es que los llaman mis amigos? Ah, sí, “Humanos”. Supuse que estaban con los que vienen con instrumentos raros y toman muestras del suelo. Ellos me agradan. Cuando me encuentran, generalmente me rascan la cabeza y dejan que los acompañe a la puerta de su casa. No viven muy lejos de donde yo estoy ahora. Estarán a unos veinte minutos nadando desde aquí. Sin embargo, al ver que este grupo de desconocidos Humanos extraían un líquido negro y viscoso desde las entrañas de la Tierra supe que no eran los mismos que viven en esa cueva de madera. Antes de que me tirar

Blancas reflexiones

Por María Florencia Lorenzo , de 2°A Volvía a caminar por esas blancas y desérticas tierras, desconocidas por muchos pero para mí, un desafío existencial que ronda en mi mente y no para hasta descubrir esos misteriosos suelos, ya era mi segunda vez explorando el lugar y seguía maravillándome con cada cosa que encontraba aquí, no dejaba de sorprenderme esta región. Por eso me encontraba allí, soportando el clima polar de los -89°c, solo para poder presenciar lo que casi ninguna persona podría ver en su vida, cantidad excesiva de blanca nieve, poca fauna y belleza, pura belleza creada por la madre naturaleza. Las ventiscas y el frío no ayudaban mucho en mi exploración, pero no niego que sentía una adoración hacia ese clima, por eso volvía siempre. Era una persona afortunada y mucho, no todos podían cruzar por ese inhóspito e inaccesible lugar que casi nadie habita, solo varios animales como el pingüino con su traje elegante, la simpática foca, el encantador oso polar y el

Mi cuarto oscuro

Estaba en mi dormitorio cuando vi que se movía la lámpara, grité tan fuerte que Horton, el elefante mágico, se asustó y la soltó. Por Chiara Barone , Sol López Colombo y Eugenia Serantes

Amor...

Corrí, lo vi, era él, era el elegido, era mío. Era mi chocolate. Por Chiara Barone , Sol López Colombo y Eugenia Serantes

Es mejor morirse de calor

Mi mejor amiga entró en la habitación con un vaso de champagne en la mano y me lo ofreció. Hacía mucho calor, así que tomé unos sorbos, cuidando de que no se me cayera sobre el vestido blanco que llevaba puesto. Ya casi era la hora de salir. Mi amiga se fue del cuarto, pero antes de cerrar la puerta me dijo: -¿Sabes si queda más bebida? Porque nos la hemos terminado toda. Luego cerró la puerta. Unos minutos más tarde salí para hacer mi gran entrada. Comencé a sentirme débil y somnolienta a causa de los nervios. Caí de rodillas y escupí sangre en el camino hacia el altar. Me costaba respirar. Pedí auxilio, pero nadie pudo venir a ayudarme. Por Julieta Casadevall , Alanis Carreño Enis y Micaela Durán

Alguien en mi casa

Estaba solo y tranquilo leyendo en mi cuarto cuando escucho un ruido abajo, en la sala. Al bajar, el sonido se detiene. Sin darle importancia decido volver, mas a la mitad de la escalera se oye el mismo ruido. Se detiene como antes, aunque esta vez me quedo esperando a que regrese, y como lo hace, pregunto en voz alta: -¿Quién está en mi casa? Y de pronto me veo saliendo de la cocina… Por Julieta Casadevall , Alanis Carreño Enis y Micaela Durán

Alucinación

Estaba sentado en el sillón de mi casa recordando la discusión con los médicos que decían que tenía problemas mentales, cuando de pronto sonó el teléfono. Voy a atender y resulta ser mi esposa. Al colgar, comienzo a llorar ya que ella está muerta. Por Julieta Casadevall , Alanis Carreño Enis y Micaela Durán

La sombra

Estaba caminando por una calle desolada, y empecé a sentir que una sombra me perseguía, comencé a caminar más rápido mientras mi corazón se aceleraba, pero la sombra estaba cada vez más cerca mío. Cuando decidí darme vuelta, era mi amiga disfrazada para Halloween. Por Lucero Sanzo y Lucía Tomasone

El viaje que nunca se hará

Una niña dormía en los brazos de su madre, escuchaba sus historias sobre el planeta Tierra y la nave que la llevaría. Muchos años después, la chica llora mirando el cielo y recordando aquello, espera la nave que la llevará de vuelta al planeta Tierra. Pero un ruido muy fuerte la despertó, y su madre, el cielo y las naves ya no estaban. Por Lucero Sanzo y Lucía Tomasone

Amor

En mi mente aparece la imagen de esa mujer que tanto adoro, que extraño. De repente escucho un golpe que me hace salir de mis pensamientos, veo a mi alrededor y nada... solo mi celda vacía como siempre. Todo esta vacío desde que la maté.  Por Érika Vera , Micaela Romera y Valentina Failla Salaverry

Ruidos

Estaba sola en mi casa, cuando de repente escuché palabras indecifrables. Cuando fui a ver qué era lo que causaba ese ruido, no encontré a nadie, solo la televisión que estaba prendida. La apago. Los ruidos siguen. Por Érika Vera , Micaela Romera y Valentina Failla Salaverry

Cereales con leche

Siento algo frío recorrer mi cara, corría por mi cachete, lo probé, era dulce. ¿Seria real? ¿Lo estaría soñando? Sentí que me ahogaba. De repente abrí mis ojos y me di cuenta de que mi cara estaba sobre un plato. Me había quedado dormida sobre mi desayuno. Por Érika Vera , Micaela Romera y Valentina Failla Salaverry

Limpio

Mi ropa estaba sucia, tenía feo olor, por eso decidí lavarla. La puse en el lavarropas. Cuando terminé, me sentía mareado, pero mi ropa estaba limpia. Por Érika Vera , Micaela Romera y Valentina Failla Salaverry

Una mala decisión

Un día de lluvia se encontraba un niño llorando, al parecer sus padres lo habían dejado solo en el parque. Un hombre se le acercó y lo llevó a su casa. El niño estaba feliz pero la gente que lo veía no. Por Azariel Pacheco , Bautista Sal Suglia y Wenceslao Vázquez

El lector

El lector lee la microficción con mucha atención, espera encontrar algo que lo sorprenda y la sorpresa es comprender que no hay nada sorprendente. Por Azariel Pacheco , Bautista Sal Suglia y Wenceslao Vázquez

La mirada

Siempre creí que mi gato tenía un problema con su mirada. Siempre me miraba fijamente, eso pensaba hasta que me di cuenta de que en realidad miraba justo detrás de mí. Por Agostina Donnini , Martina Avendaño y Rodrigo Márquez Lugo

¿Será un sueño?

Amanecí una mañana en un lugar que se me hacía familiar al hacer una mirada rápida, pero vi mi cuerpo tirado en el piso y me preguntaba cómo yo podía estar ahí. Asustado cerré mis ojos, desperté aliviado de esa horrible pesadilla. Esperen... no estoy en mi cama, no estoy en casa. Estoy dentro de un cajón. ¡ESTOY EN MI FUNERAL! Por Agostina Donnini , Martina Avendaño y Rodrigo Márquez Lugo

La casa del fondo

Era una noche oscura y fría, mi pueblo no solía tener movimiento. Mis padres se durmieron y decidí salir a investigar la sombría casa del fondo que se encontraba abandonada, me acerqué, sentí un frío por mi cuerpo como si una fuerza superior me dominara. Entré a la casa, no había luz, encendí una vela que traje conmigo. De pronto la puerta se cerró, quedé adentro, desesperada. Grité pero alguien detrás de mí dijo: - A mí tampoco me escucharon. Por Agostina Donnini , Martina Avendaño y Rodrigo Márquez Lugo

El museo

Estaba allí, caminando por ese terrible museo. Mi mujer me había obligado a venir… Mientras caminaba por los pasillos me detuvo algo fuera de lo habitual. Cinco años después desperté de mi peor pesadilla. Había vuelto a ser el hombre libre que siempre había deseado ser. Por Sofía Palmieri , Agustina Tobalián y Lucía Bustamante

Mi vecino

Siempre escuchaba ruidos molestos. Me llamaba la atención que la casa se encontrara abandonada… Había decidido ir a averiguar qué era lo que tanto me molestaba. Se escuchaban ladridos. Entré sigilosamente, todo lucia espantoso allí dentro. Sentí un escalofrió. Gire y me encontré con algo increíble… Un tigre de bengala embalsamado. Por Sofía Palmieri , Agustina Tobalián y Lucía Bustamante

La solución

- Estoy cansado de las personas hipócritas, Nadia. El mundo está lleno de gente violenta e intolerante. Hay que acabar con esto ya. - ¿Y cuál crees que es la solución? - Matarlos. Por Ludmila Villalobo , Jazmín Bellotti y Julieta Díaz Argentino

El activista

En la plaza había una gran manifestación de activistas en contra de la matanza de animales. Mientras levantaban carteles reclamando que se haga algo al respecto, uno de los hombres comía un sándwich de lomito con sus botas con piel de serpiente. Por Ludmila Villalobo , Jazmín Bellotti y Julieta Díaz Argentino

El teléfono

Me desperté al escuchar sonar el teléfono que se encontraba sobre la mesa de luz de mi esposo. Lo sacudí para que me lo alcanzara pero como no reaccionaba lo tomé yo misma. Era mi esposo. Por Ludmila Villalobo , Jazmín Bellotti y Julieta Díaz Argentino

¿Quién habló?

Juan camina por la calle hablando con una hormiga. De pronto un vecino le pregunta: - ¿Juan, con quién hablas? - Con mi amiga, la hormiga. - Pero, Juan, las hormigas no hablan - dice el vecino. De pronto se oye una voz tenue diciendo: - Tenés razón. Por Maximiliano Cao , Gonzalo Vigo y Ailín Pesco

La vaca loca

Dos vacas están pastando en un campo. De pronto, una le dice a la otra: -¿Sabes que hay una enfermedad de la vaca loca? -Me da igual, total, yo soy una cabra. Por Maximiliano Cao , Gonzalo Vigo y Ailín Pesco

Amanecer

El maldito gallo cacarea y tuve que levantarme. Salí de mi casa para empezar este gran día y poder trabajar en mi campo. Aunque por la oscuridad de la noche no pude ver nada. Por Matías Frías , Tomás García y Manuel Fernández Villasboas

Mentirillas

La policía me lleva a una sala para interrogarme por el asesinato de una señora. Me conectan a la máquina y me dice que no mienta porque aunque lo haga, el detector de mentiras se activaría. Me preguntan si yo asesiné a la señora. Les contesto que no. No suena el detector. Me preguntan si las joyas que tengo son mías o si las robé, a lo que también contesto que no. No se activa el detector. Luego de esto me dejan libre, aunque nunca se percataron de que desenchufé la máquina. Por Matías Frías , Tomás García y Manuel Fernández Villasboas

Confianza errónea

Caperucita iba a la casa de su abuelita. En el transcurso de su viaje se encuentra a un lobo y por miedo lo evita, debido a su mala fama. Luego se encuentra a un leñador, el cual le ofrece protección contra el lobo que ella vio. Habían pasado unos veinte minutos cuando ella sale de la casa del leñador, corriendo y llorando desesperadamente. Por Matías Frías , Tomás García y Manuel Fernández Villasboas

El castigo

Sesenta años después de haberlo asesinado, me acuesto muy cansado. Al despertar me encuentro en un lugar lleno de fuego. Por Gonzalo Ibarra y Damián Damonte

Alucinógeno

Era un día normal, la mucama me preparaba el desayuno. Sentía un gusto raro, pero lo dejé pasar porque estaba medio apurado. Entre sorbos de café me puse a pensar: ¿Y si somos solamente un ser dentro de un sueño? ¿Si cuando dormimos y soñamos en realidad estamos soñando dentro de un sueño? ¿Y si la vida es una mentira hecha por nuestra imaginación? Empiezo a ver nublado. Me desmayo. Me despierto en una habitación vacía. Por Gonzalo Ibarra y Damián Damonte

Dudoso

Estaba con amigos, todos tomaban menos yo, no me gusta el alcohol. Me desperté y no recordaba nada. Por Franco Romera , Neyén Manocchio y Ramiro Geada

Gotas de pesadilla

Era junio, estuvo lloviendo un largo rato, me desperté por voces que se oían desde mi cocina, bajé las escaleras para averiguar qué pasaba, encontré muerta a mi hermana, sentía que me atacaban por la espalda. Me sentía vivo... No podía abrir mis ojos... Por Franco Romera , Neyén Manocchio y Ramiro Geada

A jugar

Con mi hermana somos muy unidos, siempre lo fuimos. Este lunes habíamos jugado a la ouija como de costumbre. Pero esta vez, a la noche, encontró una nota debajo de su puerta diciendo “Hoy volveremos a jugar”. Riéndose, fue junto a mí diciéndome que jugaríamos al día siguiente, pues ya estaba un poco cansada. Asentí con la cabeza y se fue a su habitación. Lo que ella no sabe es que yo también recibí esa nota. Por Florencia Sánchez Salinas , Martina Dass y Aldana Vienni

Recordatorio

Todos me gritaban que no entrara en la casa de la calle 15. Como testaruda decidí entrar, ya que estaba segura de que allí no se producía nada de lo dicho. Pero escuché ruidos en la cocina. Salí inmediatamente. Recordé que no había apagado el horno. Por Florencia Sánchez Salinas , Martina Dass y Aldana Vienni

Mi futuro

Dice la gente que en la casa rosada de a dos cuadras, vive una hechicera que adivina el futuro. Sólo con escribir, decir unas palabras y sonar un cascabel puede llevarte hacia el. Gritó mi nombre y con él la pregunta que le había hecho. Hizo sonar el cascabel y la hoja en donde aparecía mi futuro permaneció en blanco. Desaparecí. Por Florencia Sánchez Salinas , Martina Dass y Aldana Vienni

Intentos fallidos

Estaba tan tranquila, hasta que algo me interrumpió esa paz. Era yo misma, pero con cara de odio, rencor y ganas de acabar con la vida de alguien. Ese alguien sería yo. Comencé a perseguirme. Probé con correr pero no podía, mis piernas no accionaban. Estaba muy asustada. Pero me estaba mintiendo a mí misma. En los sueños no se puede correr. Por Julieta Corvalán , Gonzalo Mateos y Milagros Rodriguez

El libro

Con todas las cosas que pasaron en mi vida quise escribir un libro. Le di la idea a mi esposa. Su reacción me sorprendió. Me gritó. Su madre, años antes de morir, había escrito un libro de cómo había asesinado a cada uno de sus hijos, incluyéndola a ella, a mi esposa. Por Julieta Corvalán , Gonzalo Mateos y Milagros Rodriguez

Amigos con derechos

Su mejor amigo estaba enamorado de ella. Le declaró su amor y ella lo rechazó. A los segundos se estaban besando apasionadamente. Días después se encuentra la chica llorando la pérdida de su mejor amigo. Su novio lo había matado. Por Julieta Corvalán , Gonzalo Mateos y Milagros Rodriguez

El circo

El payaso creía que era el mejor espectáculo que jamás había hecho. Hizo una reverencia para señalar que su acto había acabado, chillidos de felicidad azotaron sus oídos. Las ratas de allí en verdad lo habían disfrutado. Por Victoria Baldi , Florencia Lorenzo y Rocío Wagner

Siesta

Un vacío sin fin. Eso es lo que era. Entonces abrió los ojos. Por Victoria Baldi , Florencia Lorenzo y Rocío Wagner

Un mundo paralelo

Gritó o por lo menos eso es lo que estaba intentando, pero, en cambio, un agudo chillido es lo que producía cada vez que lo hacía. Había encontrado una puerta. Cruzó a través de ella saliendo de ese fantasioso lugar y viendo un mundo nuevo donde podía ser él mismo. Al poco tiempo se cansó de esa tierra de dinosaurios volviendo al comienzo: intentando salir del lugar. Por Victoria Baldi , Florencia Lorenzo y Rocío Wagner

Ven a mí

Quiero tocarte, sentirte, y tenerte en mis brazos para siempre, para amarte. Comida, ven a mí. Por Milagros Gai y Valentina Ferrari

Sin salida

Corría y corría. Lo  único que pensaba era en llegar a la meta pero lo único que veía era una pared blanca, y fue ahí cuando me di cuenta de que estaba en la cinta de correr en el gimnasio. Por Milagros Gai y Valentina Ferrari

Mi halcón

Ahí estaba yo, sentado, sintiendo cómo mis huesos sobresalen, pero yo sé que tengo mi halcón, que es mi protector y nunca me va a lastimar. El niño murió luego de un par de horas y el halcón lo devoró. Por Milagros Gai y Valentina Ferrari

Sangriento

Se metió en la ducha. Comenzó a lavarse. Rojo. Rojo escarlata. Salía de su cabeza, pasaba por sus hombros, recorría su cuerpo, inundaba el piso. Se escurría y terminaba en la rejilla. Gritó. ... Sólo era la tintura. Por Ángela García Sempio , Stephanie N. Petrucci y Antonella Zahrelban

Bullying

El chico se colocó los anteojos. -¡Já, cuatro ojos!- le grita algún matón, empujándolo. Él sólo se acomoda los lentes, y fulmina con sus cuatro ojos al bravucón. Por Ángela García Sempio , Stephanie N. Petrucci y Antonella Zahrelban

Felicidad

Miles de imágenes de cuando era niña pasan por su cabeza. Sabe que esos recuerdos son hermosos. La felicidad la invade. La mujer sonríe, contenta, y salta de aquel edificio. Por Ángela García Sempio , Stephanie N. Petrucci y Antonella Zahrelban

Cuidado ambiental

Estamos en la conferencia mundial contra el daño de la capa de ozono. El olor a desodorante que hay en este lugar no te deja ni respirar. Por Serena González Pínnola , Sofía Rojas y Francisca Sorrentino

La huella

Es el primer hombre en llegar a un planeta totalmente desconocido por la humanidad. Al bajar a la superficie lo primero que ve es una huella. Por Serena González Pínnola , Sofía Rojas y Francisca Sorrentino

Adrenalina

Estoy corriendo lo más rápido que puedo, ya no siento las piernas, los escucho acercándose cada vez más, ahora corren a la par mía, la adrenalina aumenta, veo el final. Por fin llego, saqué el primer puesto. Por S erena González Pínnola , Sofía Rojas y Francisca Sorrentino

Microficciones...

A lo largo del último mes, lxs estudiantes de 2do A y B estuvieron trabajando con un género narrativo breve y llamativo conocido como microficción . Leímos, escribimos, compartimos, sugerimos, reescribimos. ¡Y ahora, publicamos! En los próximos días, las páginas de este blog se van a llenar de pinceladas breves, impactantes, graciosas, tenebrosas, pistas para activar la mente de lxs lectorxs atentxs. Pero antes, compartimos con ustedes algunas microficciones de autor que estuvimos leyendo en el taller. ¡Que las disfruten! ¿Sería fantasma? Al caer de la tarde, dos desconocidos se encuentran en los obscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo: – Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas? – Yo no – respondió el otro –. ¿Y usted? – Yo sí – dijo el primero y desapareció. George Loring Frost Cuento de horror La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses), resolvió matar a

Adiós

Por Stephanie Petrucci (2°B) Me empujaron violentamente dentro de algo que parecía ser un extraño calabozo.   Madeleine fue arrastrada junto conmigo.   Apenas entró, los seguidores de Armand bloquearon la dura puerta de madera y nos dejaron solas. Me aferré a ella con una desesperación no muy propia de mi parte, con la única necesidad de sentir.  Sentir algo. Aunque sea una pequeña chispa de amor. Louis.   Oh... mi amado Louis. El pobre vampiro con alma de humano que robó mi frío corazón.   Desearía haber sido una digna mujer para él, haber sido su compañera por la eternidad, estar juntos, sin importar qué.   Pero no.   Tuve que ser convertida en "esto". Una mujer madura en el cuerpo de una infantil muñequita... por siempre joven, por siempre aniñada.   Y ahora moriré.   Encerrada en un calabozo, donde apenas amanezca la luz llegará, y terminaré hecha cenizas.  Terminaremos hechas cenizas.   Me aferré al largo vestido jade de Madeleine y llor

Poemágora: ¿Qué es la Poesía? - Ruedandante en 2°A

La poesía es... el conjunto de climas que tienen un sentido una historia que nos se sabe si es verdad la creación de algo que pasó sos una persona verde porque reciclás el mar de sus ojos ¿cómo es tu nombre? Rocío ¿es algo que puede ser real o no? ya lo dijiste para mí es como una forma metafórica de decir lo que siento o lo que pasa ¡cuá! un mito que creemos que es mentira y a través del tiempo es real ¡gracias! ¡pará boludo! una metáfora que se hace real a través del tiempo una forma de traducir lo que pensamos y sentimos yo conozco gente que la usa para expresarse o descargarse estructuras formadas para dar un mensaje “rosa, rosa, tan maravillosa” para mí la poesía es arte otra forma de ver las cosas el poeta es como la brisa del viento que fluye no se me ocurren más ideas un medio para desahogarte otro túnel para el mismo camino arco iris sueño brillo esperanza