La Doncella Roja: final con otra mirada. Relato 4

Por Julieta C., 2do año 2020 -

Hace frio y está oscuro, no logro identificar las diferentes ofrendas que dejaron conmigo. Tampoco tengo mis mantos pero mi pelo sigue trenzado. ¿Ya habré llegado con los dioses? Sin embargo, aún sigo en la montaña. El sapo de oro que tiene el mensaje de los dioses no está conmigo. ¿Me quitaron mi collar de ámbar?

Puedo escuchar unas voces, no sé de quiénes son. Parece que tienen frío también, pero no entiendo muy bien qué dicen. ¿Qué pasó con mi manto de lana de alpaca? Logro distinguir algunas palabras, parece que estamos subiendo una montaña. ¿Es decir que ya no estoy en mi tumba? Ya no escucho nada más aparte del sonido del viento, aquellas voces se quedaron en silencio.

Pasó un largo tiempo desde que se quedaron en silencio, pero volvieron a hablar. Ahora sé sus nombres; una de ellas se llama Teresa, y el segundo Manuel. Parece que quieren devolverme a mi tumba. ¿Mi halcón estará llegando? Escucho algunas pisadas, parece que uno de ellos se está acercando a mí. Siento cómo me levanta y empieza a caminar. ¿Ahora iré con los dioses?

Después de un tiempo volvió a detenerse y me quitó la tela que me cubría. Todo estaba blanco, lleno de nieve, y aquel hombre, Manuel era su nombre, me dejaba de nuevo en mi tumba. ¿Dónde quedó todo el ajuar? Ambos parecen pálidos, deben de tener frío, yo también tengo frío. La mujer que iba con él, Teresa se llamaba si recuerdo bien, me colocó un manto igual al mío, pero yo sé que no es el mío. También me pusieron un collar de ámbar, tampoco era el mío, pero es muy parecido al que me dio mi madre y aún así me protegería. Volvieron a tapar la tumba con nieve, ya no tenía frío, estaba por ir con los dioses, mi halcón había llegado.

Al cabo de un rato mi halcón comenzó a picotearme la mano, como si quisiera decirme o avisarme algo. Sentía que algo iba mal, y recordé a las dos personas que me trajeron aquí de nuevo. Hacía mucho frío y estaba nevando, por lo que se les haría muy complicado el bajar de la montaña. ¿Estarían bien? Decidí indicarle a mi halcón que los busque y los guíe hasta que bajen de la montaña. Le confié esa tarea, mientras que yo lo iba guiando desde donde estaba. Cuando llegó hasta ellos los fue guiando por donde habían venido, teniendo cuidado de posibles derrumbes, estaba nevando por lo que se les estaba dificultando ver por dónde iban, pero lo lograron. Mi halcón regresó conmigo y volví a mi profundo sueño. Hizo que recuerde quién soy y qué debo hacer; continuar con mi viaje y hacer que los dioses reciban mi mensaje.

Este texto surgió en las clases virtuales, en plena pandemia por CoViD-19. La consigna era reescribir el final desde el punto de vista de Sarac Ahuan, la "Doncella Roja", una de las protagonistas de la novela de Sandra Siemens.

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