La Doncella Roja: final con otra mirada. Relato 3.
- Por Mía S., 2do año 2020 -
¿Qué está ocurriendo? Algo no está bien, ya no me encuentro con los Dioses ¿Qué pasó? Tengo frío, más frío que antes, mi manto ya no me cubre y mi cuerpo que descansaba de forma pacífica en mi tumba se enfría cada vez más. Eso no es lo único que cambió, todo es diferente, tengo miedo, ya no me siento segura, me estoy moviendo ¿Hacia dónde me estaré dirigiendo? No soy la única que se mueve, el universo se mueve conmigo, o, mejor dicho, sin mi presencia. ¿Qué está ocurriendo?
Escucho sus voces, siento sus preocupaciones, percibo su emoción, comparto su miedo. A pesar de esta incertidumbre, a pesar del fuerte frío que solo aumenta, a pesar del miedo que me abruma, puedo sentirlo, siento cómo me acerco a donde debo estar, ¿me están llevando?, ¿o me están devolviendo?
Puedo escuchar el rugido de la montaña, sus vientos se han calmado, veo que dejaron sus ofrendas y ella les ha permitido avanzar. Son buenas personas, lo sé. Escucho sus voces, lo único que calma mis miedos en estos momentos es prestar atención a los que dicen. ¿Sapo? ¿Quién es sapo? ¿Qué ocurrió con mi sapo? Recién ahora lo noto, todo está diferente, mis cosas del Ajuar tampoco están conmigo, recuerdo ese pequeño sapo dorado y el quipu en su interior, recuerdo mis rojas manos, recuerdo en mi estómago el ardor, recuerdo esa calma, que ahora me falta, recuerdo a mi familia, todo lo recuerdo bien.
Nos detenemos. ¿Qué está ocurriendo? Terminó nuestro viaje, terminó su viaje, yo todavía tengo caminos que transitar, pero no los haré sola, mi halcón me acompaña, ¿en dónde está mi halcón? Otra cosa que me falta, lleva un tiempo desaparecido, no me dijo que todo esto iba a pasar, pero confío en él, siempre estuvo conmigo, y siempre lo va a estar, me avisa las cosas, me dijo cuando los Incas venían por mí, me recuerda quien soy, soy la elegida, soy sagrada, soy Sarac Ahuan.
Todo se vuelve blanco, cada vez hace más frio, siento unas suaves y frías manos recorrer mi cuello, ¡mi collar de ámbar! ¿Es este mi collar? No, este no es el collar que me dio mi madre, este es su collar, siento el cariño que le tiene, no es mi collar, pero me protege igual de bien. Siento sus manos otra vez, me devuelven el calor, mi manto favorito, no es el mío, no es aquel manto que teñí con mis propias manos, no es mi manto, es el suyo, pero nuevamente siento el cariño que le tiene, no es mi manto, pero abriga igual de bien.
Todo es oscuro otra vez, todo es como antes, estoy en donde debo estar, mi viaje termina, ya no me muevo, y el universo se detuvo conmigo, o, mejor dicho, el universo se detuvo con mi regreso.
Me equivocaba, no todo es como antes, estas no son mis cosas, son sus cosas, pero me gustan, me siento unida a ellos, ellos me devolvieron a donde debía estar, ellos me quitaron el miedo, ellos me quitaron el frío, se lo agradezco.
Tampoco tengo todas las ofrendas que me habían dado, mi sapo, el que me ayudaría a despertar cuando el tiempo sea necesario, el que me acompañaba como mensaje a los Dioses y el bello quipu en su interior ya no están, pero no importa, yo soy el mensaje y los llevo conmigo. No están a mi lado, está con ellos, ellos me dieron sus cosas para que yo esté segura y calentita, yo les daré las mías, para que siempre sepan quiénes son, y que estoy con ellos.
Por fin llegas, mi halcón ha regresado, sabía que lo haría, jamás me dejará sola. Ahora lo entiendo, ellos lo necesitaban más que yo, por eso no estaba a mi lado, me alegra que haya estado con ellos. Me alegra volver a donde pertenezco, me alegra que mi halcón me acompañe, me alegra que el miedo ya no esté y todo sea paz, me alegra que ya no haga frío, me alegra que ya no haya dolor, me alegra que el equilibrio se haya restaurado, y a los Dioses le alegrará saber que vuelvo a ser una con ellos. Este viaje terminó, vuelvo con El Apu, soy sagrada y ellos también.