El sacrificio de Luna
Por Carolina Pérez Fumega y Sofía Salvado
Una chica llamada Luna estaba a las orillas del Río cuando su padre vino para darle la noticia de que su madre estaba muy enferma y corría riesgo de muerte. Al cabo de unos minutos llegó a la casa pidiendo por favor que algún familiar la acompañara al río para rogarle a la bola de luz en el cielo por su madre.
Luego de unas horas su abuelo, quien la había acompañado, se retiró dejando a la chica sola. Pasaban los días y la chica se quedaba todos los días a orillas del río para rogar por su madre. Ella no comía, no dormía y tenía frío. Al pasar dos semanas, el padre fue a buscarla para avisarle que su madre estaba mucho mejor y no corría riesgo e muerte, pero lo único que encontró fueron los restos de su amada hija. Así fue como el pueblo de la chica decidió ponerle su nombre a la bola de luz en el cielo que ahora se llama LUNA.