La casa del fondo
Era una noche oscura y fría, mi pueblo no solía tener movimiento. Mis padres se durmieron y decidí salir a investigar la sombría casa del fondo que se encontraba abandonada, me acerqué, sentí un frío por mi cuerpo como si una fuerza superior me dominara.
Entré a la casa, no había luz, encendí una vela que traje conmigo. De pronto la puerta se cerró, quedé adentro, desesperada. Grité pero alguien detrás de mí dijo:
Entré a la casa, no había luz, encendí una vela que traje conmigo. De pronto la puerta se cerró, quedé adentro, desesperada. Grité pero alguien detrás de mí dijo:
- A mí tampoco me escucharon.
Por Agostina Donnini, Martina Avendaño y Rodrigo Márquez Lugo