A jugar
Con mi hermana somos muy unidos, siempre lo fuimos. Este lunes habíamos
jugado a la ouija como de costumbre. Pero esta vez, a la noche, encontró
una nota debajo de su puerta diciendo “Hoy volveremos a jugar”.
Riéndose, fue junto a mí diciéndome que jugaríamos al día siguiente,
pues ya estaba un poco cansada. Asentí con la cabeza y se fue a su
habitación. Lo que ella no sabe es que yo también recibí esa nota.
Por Florencia Sánchez Salinas, Martina Dass y Aldana Vienni